Pachuca de Soto, Hgo.- La Escuela Preparatoria Número 2, dependiente de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), celebró 45 Años de ofrecer educación de calidad con los más altos estándares.
En este marco, el rector Humberto Veras Godoy señaló que a 45 años la Preparatoria Número 2 es un espacio educativo con crecimiento y evolución permanentemente y sostenida, además ha tenido la posibilidad de continuar con el proyecto que desarrolla la UAEH al construir la mejor oferta educativa en materia de educación superior en el estado de Hidalgo.
“Esta Escuela ha sido un pilar educativo, no sólo para la población de la región, sino también de otras zonas y estados aledaños, porque ha formado a jóvenes que desean seguir estudiando en el nivel superior”, indicó, tras señalar que este espacio educativo hoy cuenta con tecnología de punta para que el proceso de enseñanza-aprendizaje se desarrolle de manera óptima gracias al compromiso de quienes la integran.
Exhortó a los presentes para enfrentar los grandes retos que tiene la máxima casa de estudios, como el incremento de la oferta educativa y la matrícula escolar, la certificación en competencias del 100 por ciento del profesorado, así como la certificación del Sistema de Bachillerato de la Universidad para asegurar y mantener la calidad: “Superar estos retos nos permitirá obtener aportes de recursos de índole federal, lo que nos da la posibilidad de continuar creciendo como hasta ahora”.
Hasta el momento han egresado 69 generaciones, manifestó en su discurso Agustín Sosa Castelán, director de la unidad educativa, asimismo dio a conocer que actualmente este espacio educativo ocupa el primer lugar, por segundo año consecutivo, en servicios académicos, sumando más de 500 mil: “Logramos tener una escuela preparatoria de una excelente calidad, a través de ella se han formado muchas generaciones, desde 1961 cuando nace el antecedente inmediato de este plantel, la Escuela Preparatoria José María Lezama”, manifestó.
Para celebrar el aniversario se develó en la entrada principal del espacio educativo el mural denominado “En buena tierra, buen fruto”, realizado por alumnos y la académica Diana Colín Urquijo así la placa conmemorativa que reconoce el apoyo de las autoridades universitarias.
“Este mural, expresa mi cariño a la Preparatoria, celebra y recuerda a quienes nos antecedieron para hoy tener esta gran escuela”, refirió Colín Urquijo ante la presencia del rector Humberto Veras Godoy.
Posteriormente se develó la escultura conmemorativa en el jardín realizada por los hermanos Valeria y Rafael Cortés Luqueño, ambos alumnos del plantel, quienes manifestaron que la obra permite dar testimonio del espíritu garza con que se dirigen las y los universitarios.
“En dicho logotipo se encuentra una garza cuya cabeza mira a la derecha y su vista hacia el horizonte, lo que sugiere esperanza y éxito de la institución, dicha cabeza está ligeramente inclinada hacia arriba, representando el dinamismo, juventud y superación”, explicó Rafael Cortés.
Durante el recorrido por el espacio educativo se entregó también mobiliario para aulas, equipos de cómputo, 17 pantallas planas LCD y pintura para mantenimiento de la infraestructura con una inversión de más de 1 millón cien mil pesos.
Además, se hizo entrega de la barda con 237 metros lineales que fue posible gracias a la suma de esfuerzos entre rectoría, empresarios de la región, sociedad de alumnos y alumnado, quienes contribuyeron con aportaciones para su construcción, sumando una inversión de más de 430 mil pesos.
Con recursos propios de la Escuela Preparatoria Número 2, producto del manejo eficiente de los recursos se logró reunir una suma para la compra de una camioneta, un tractor para jardinería y microbús, todos al servicio de la comunidad universitaria de esta escuela.
El 18 de mayo de 1966 nace la Escuela Preparatoria Número 2, bajo el régimen de Luis Echeverría Álvarez, en una superficie de siete hectáreas, se inició con 8 salones, área administrativa, tres laboratorios, baños, audiovisual y áreas deportivas, siendo rector Juventino Pérez Peñafiel y director Rafael Arriaga Paz.
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